Es nuestra principal razón de ser el ahondar en lo que significa el drástico cambio de paradigma que se ha llevado a cabo en la sociedad occidental, y buscar maneras para poder contrarrestarlo. Al profundizar en el conocimiento de lo que conlleva esta nueva actitud ante la vida, pronto descubrimos que implica una concreta y determinada forma de pensamiento hedonista, egocéntrica, narcisista e irreflexiva. Forma de pensamiento ante la cual lo único que cuenta son los intereses personales, el placer, los sentimientos y las opiniones.
Tanto es esto así, que con el paso del tiempo esta actitud ha dado lugar al surgimiento de toda una caterva innumerable de ideologías y movimientos de las cuales se pueden destacar algunas a modo de ejemplo y sin ánimo de ser exhaustivos: el marxismo cultural, la ideología de género, el calentamiento global, el animalismo, el post-humanismo, el transhumanismo, el trans-especie, el derecho al aborto, el feminismo de tercera generación, la práctica de la eutanasia, el tráfico de órganos humanos, la normalización de la pedofilia, una propensión al despotismo político, cancel culture, ─o la cultura de la censura y el ostracismo del disidente o simplemente discrepante─, la pérdida de la libertad de pensamiento y opinión, el control de los fact checkers, (verificadores de datos) la normalización de la drogadicción, el activismo político en favor del medio ambiente, la singularidad, la normalización del tráfico sexual, el satanismo, la post-verdad, el homo deus ─la creencia de que con la ayuda de la ciencia y la tecnología el ser humano llegará a elevarse a la categoría de Dios.
Todo este batiburrillo de ideologías, movimientos, tendencias, creencias y aberraciones están siendo o han sido aceptados, normalizados, y en muchos casos, legislados e impuestos sobre la sociedad por lobbies o minorías de presión que han ejercido una gran influencia sobre gobiernos y organizaciones supranacionales como la ONU. Cómo todo esto se ha podido llevar a cabo en una sociedad occidental heredera del cristianismo, es algo que sólo puede ser una clara manifestación de un completo estado de disrupción y degradación moral, social y cultural. Esto implica que ese proceso iniciado hacía ya algún tiempo, ha llegado por fin a su consumación en las primeras décadas del siglo XXI, estableciendo una nueva mentalidad, una nueva forma de pensar y de ver el hombre, el mundo y la realidad que nos rodea. Por otro lado, esta nueva mentalidad, si bien se mira, no es en realidad tan nueva, pues lo que realmente manifiesta es un retroceso hacia un neopaganismo de carácter hedonista, ególatra y narcisista, que había sido desterrado de Europa y las sociedades occidentales en los primeros siglos de la era cristiana.
Es evidente que este ímpetu demoledor amenaza con aniquilar todo lo mejor que ha producido la magnífica combinación y conjunción de los mundos judeo-cristiano y greco-romano; cuya más valiosa aportación, sin duda alguna, es el cristianismo que ha proporcionado el sustrato sobre el cual se ha desarrollado el progreso de Occidente en los últimos dos mil años. Efectivamente, vivimos un momento de arrebato nihilista y desquiciamiento que bien podría acabar con esta gran herencia. Con lo cual, desde la Asociación Ars Vitalis Forum, estamos convencidos que vale la pena intentar ofrecer una alternativa. Creemos que las artes en general pueden ayudar a impulsar la reflexión y el debate sobre asuntos que deben ser evaluados y vistos con detenimiento para poder determinar su conveniencia o inconveniencia.
Por tanto, nuestro principal objetivo es incentivar el interés, la curiosidad y el amor por las artes en particular ─tanto las escénicas como las plásticas y visuales─ y por las humanidades en general. Para ello llevamos a cabo toda una labor de divulgación. Asuntos como la historia de Occidente, la historia del arte, la herencia de la cultura greco-romana, el Renacimiento, los avances científicos; así como la producción y programación de talleres, conferencias y espectáculos.